¿Qué es?
Un peeling es un tratamiento dermatológico indicado para mejorar la apariencia de la piel. Consiste en la aplicación de un producto químico para exfoliar y desprender las células viejas y dañadas que son reemplazadas por una nueva piel regenerada, lisa y suave, con menos marcas y arrugas. Los peelings se realizan con diferentes sustancias químicas o bien mediante láser. Según su grado de profundidad pueden ser clasificados en superficiales, medios y profundos.
Técnicas
Superficiales: Aquí el tratamiento se lleva a cabo con productos poco agresivos o cosméticos (ácido retinoico, alfa-hidro-ácidos, etc) los cuales son utilizados para mejorar el aspecto general de la piel, de manera sistemática en el pos-operatorio tardío del lifting, en las hiper-pigmentaciones o queratosis seniles.
Medios y Profundos: Los peelings medios son útiles para la corrección de arrugas finas. Se utilizan con más frecuencia en la región perioral (arrugas en los labios) y el las periorbitarias (patas de gallo).
El peeling profundo, consiste en emplear una quemadura, cuya profundidad dependerá de la concentración de las sustancias utilizadas (normalmente ácido tricloroacético entre el 10% y 30-40%) y equivalen a la dermoabrasión mecánica.
Son candidatos quienes presenten un envejecimiento facial debido a la exposición solar, hipercromías (manchas), acné, queratosis, flacidez cutánea, pequeñas arrugas, estrías, cicatrices y poros abiertos
En un peeling químico se utilizan diversas sustancias: ácido tricloroacético, ácido salicílico, ácido azelaico, peróxido de benzoilo, ácido kójico.